Desde
hace unos años, como la familia cada vez crece y crece más, decidimos hacer el amigo
invisible y la verdad me parece que tuvimos una gran idea.
De
todos, creo que a la que más ILU le hace la repartición de regalos es a mí… definitivamente
Sí, y os cuento el por qué:
Cuando
ya estamos todos preparados junto al árbol y gritamos ¡tiempo! mis padres tardan
cuatro horas en buscar su nombre escrito, no lo miran hasta el final,
desenvuelven sus paquetes a dos por hora y ni se fijan en lo que es porque
siempre están mirando embobados a sus nietos viendo la rapidez que tienen ellos
en romper el papel de regalo y decir ¡walaaa! (o algo parecido). Al final,
cuando todos tenemos nuestro regalo (incluso mi hermano, pero eso ya os lo
contaré…) deciden mirar lo que este año les han traído.
A mi hermana la tenemos como loca mirando de un lado para otro del salón, ella es parte importante de que se celebre estas fiestas como se celebran en mi casa. A parte de por tener a dos enanos que hacen que estas fechas sean diferentes, también porque desde siempre ha sido la que más se ha preocupado de que todos tuviéramos nuestro paquetito el día de Navidad.
A mi hermana la tenemos como loca mirando de un lado para otro del salón, ella es parte importante de que se celebre estas fiestas como se celebran en mi casa. A parte de por tener a dos enanos que hacen que estas fechas sean diferentes, también porque desde siempre ha sido la que más se ha preocupado de que todos tuviéramos nuestro paquetito el día de Navidad.
Mi
cuñado seguramente esté pensando: “Mmm…va a ser algo para el ipad…”, y es que le
tenemos frito a regalos de informática, es un valor seguro para regalarle y
menos mal, que antes siempre le caían pijamas y seguro que ya sabéis de quién
era la idea.
Mi
hermano, pobre…, el primer año que hicimos el amigo invisible, el encargado de
hacer su regalo era mi novio, entre unas cosas y otras no dio tiempo a que
llegase a tiempo así que decidió darle un sobre en el que ponía “VALE POR UNAS
LUCES PARA EL QUAD” así, tan sencilla, clara y llanamente, y mi hermano el
pobre con su papel escrito en la mano, mientras todos nosotros disfrutábamos de
lo lindo con nuestros mega-regalos. Además, como somos de los que nos gusta
crear tradiciones, al año siguiente y por casualidades de la vida su amigo
invisible volvió a ser el mismo, y de nuevo otro VALE le cayó. Definitivamente
creo que ningún año le va a faltar su “VALE POR” en un sobrecito de regalo (aunque su regalo en condiciones se lo esconderemos para después).
Mi
cuñada por su parte se lo pasa pipa viendo como todos los años su marido abre
sobres con VALES, que luego ella guarda como recuerdo. Si regalar a mi cuñado
cosas de informática es valor seguro, a mi cuñada las joyas le vuelven loca (no
es nada tonta a que no…), así que estoy convencida que casi todos los años le
regalarán algún anillo, pulsera o pendiente con forma de osito.
Y
el regalo de mi novio… pues como la mayoría de las veces su amigo invisible me
pregunta qué es lo que necesita o qué le
gustaría que le regalasen… pues todos los años le regalan ropa, que quizá no le
haga falta ni es lo que le gustaría que le regalasen, pero la realidad es que
es un regalo encubierto para mí… y es que me gusta taaanto que de vez en cuando
cambie de modelito… ains!
Y de
mis tres sobris, qué os voy a contar... ¡La alegría de la huerta! Las Navidades
con niños son especiales, lo viven todo con tanta alegría y con tanta energía
que te pegan el buen rollo enseguida…
Así
que como os decía yo creo que a quien más ILU le hace esto de la repartición de
regalos es a mí, viendo como a mis padres les lleva cuatro horas desenvolver su
paquete porque en lo que realmente se están fijando es en que a sus nietos les
gusten los regalos, o viendo como mi hermana abre el regalo sentada en una
silla mirando a todos lados controlando para ver si a cada uno le ha llegado el
suyo, o como mi hermano suda cada vez que ve un sobrecito pequeño envuelto en
color rojo y cómo mi cuñada no para de reír señalándolo y gritando “¡Mira! ¡Ahí
está!”, o viendo como mi novio se prueba una camisa super-chuuula o viendo a
mis sobris correteando, chillando y cantando…
Esto
es la Navidad, y me gusta!
2 comentarios:
Yo me pido ser los sobris.
Para el año que viene regalarle a tu hermano dos vales, para variar un poco, je, je
Que Navidad tan divertida....
Pues yo espero que a tu hermano le compeseis con creces para las proximas navidades por hacerselo pasar tan mal....
¿Que tal una caja de estas tan bonitas que tienes expuestas?
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